
El cuento de nunca acabar
El Real Zaragoza empata sin goles ante el Albacete Balomopié, en el Ibercaja Estadio, y ya suma cinco partidos consecutivos sin ganar en el arranque de LaLiga Hypermotion 2025-2026.
“El cuento de nunca acabar” es un famoso libro de Carmen Martín Gaite publicado en 1983, que explora los temas de la narración, el amor y la mentira de forma filosófica.
Por otro lado, los cuentos de nunca acabar son historias que se caracterizan por no tener un final, o por tener un final abierto que permite prolongar la narrativa indefinidamente.
En el caso del Real Zaragoza de Gabi Fernández, y de esta propiedad, ambas referencias podrían aplicarse perfectamente.
El amor por un escudo de unos, los sufridores zaragocistas, ya sean de grada o de sofá y tele, y la mentira filosófica de otros, los que dirigen los caminos en lo deportivo y en lo institucional, conforman el cocktail del Real Zaragoza de hoy. Y es un hecho que este cuento se prolonga indefinidamente.
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Este Real Zaragoza dice más que hace, sus actores principales filosofan más que rinden y, también, es un Real Zaragoza “mentiroso” que busca en su libro particular de excusas, una tras otra, para justificar lo injustificable y defender lo indefendible.
Otro cuento zaragocista…quizás se asemeje al de “La Lechera”. Este relato, en clave Real Zaragoza, habla de las sensaciones que el equipo está transmitiendo. Nos cuentan que el Real Zaragoza, por merecimientos, debería llevar más puntos de los que lleva, 3, y más victorias de las obtenidas, ninguna. Verdades a medias y relatos incompletos. No se dice que te has enfrentado frente a 4 rivales de nivel bajo en la categoría y otro, recién descendido de primera división, que se llevó fácilmente un botín con el que se conformaba desde que se subió al autobús.
Pero, además, aquello de las sensaciones y los merecimientos son términos muy vagos y frágiles que se sostienen desde quienes obligan a escuchar y quienes quieren creer. El Real Zaragoza no mereció ganar ninguno de los partidos disputados hasta ahora, por mucho que se empeñen quienes quieren conformar las realidades de los demás.
En el día de ayer, la excusa que deberá camuflar todo y en la que algunos tendrán un filón muy apetitoso para esconder las carencias de sí mismos y de sus decisiones, fue el arbitraje y la actuación del VAR.
Cabe recordar que Gabi Fernández, a su llegada a Zaragoza y al Real Zaragoza la temporada pasada, concretamente al término de la derrota en el Sardinero, adelantó que él no hablaba de los árbitros y que nunca lo iba a hacer. Otro cuento, en este caso, un “cuento chino”.
“Agradecido” debería estar el entrenador del Real Zaragoza del arbitraje de ayer y de la actuación del VAR ya que es el único escudo que le queda entre la realidad que el míster ve y la realidad que vemos los demás y que nos recuerda a los zaragocistas, de forma cruel, la clasificación. Una clasificación a la que algunos se empeñan en restar importancia por la altura del campeonato en la que nos encontramos, pero que evidencia el equipo que eres hoy y la situación que te corresponde por méritos y deméritos.
Gabi Fernández hizo 15 de 33 puntos la temporada pasada y suma 3 de 15 puntos en el presente curso. En total, 18 puntos de 48 disputados. Un 37,5% de los puntos en juego, es el bagaje del entrenador madrileño. Que cada uno juzgue si es suficiente o no para su Real Zaragoza…el de cada uno, me refiero.
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Ayer frente al Albacete Balompié, el Real Zaragoza mejoró levemente su fútbol durante los primeros 45 minutos, principalmente, porque Akouokou es un jugador que ha llegado a este Real Zaragoza para mostrar lo que debe ser un centrocampista y sacar los colores a todos los que intentaron serlo, sin éxito, en temporadas anteriores.
Paul juega fácil, rápido y preciso. Sin complicaciones. En el fútbol, hacerlo fácil suele ser lo más complicado. Sin balón equilibra y ordena al bloque buscando el sitio adecuado para que todo esté controlado. De esta forma, no resulta extraño el hecho de que Raúl Guti mejorara, como ya empezó a hacer en el anterior partido frente al Valladolid, sus prestaciones notablemente, formando con el costamarfileño en el doble pivote.
Guti jugó 10 metros más adelante de lo que lo venía haciendo, sin la necesidad de rescatar el balón de pies incapaces para llevarlo a zonas donde pudieran ocurrir algunas casualidades en forma de ocasiones de gol.
Guti apareció por donde quiso, sin necesidad de preocuparse por lo que dejaba detrás de él. Para eso ya estaba Paul. Y eso el fútbol de Raúl Guti lo notó y, por correspondencia, el fútbol del Real Zaragoza.
También mejoró el Real Zaragoza por banda izquierda. Para todos era una evidencia que Sebas Moyano es mejor jugador por fuera que por dentro, detrás del delantero. Ayer lo demostró, generó peligro y el juego del equipo se volcó durante los primeros 45 minutos por el flanco izquierdo. Esto habla bien de Pomares, que mejoró de forma notable, su rendimiento respecto al partido frente al Valladolid, y del propio Sebas Moyano, con el que se demuestra que poner a los jugadores en su sitio, suele ser un primer paso, importante, para encontrar los rendimientos deseados. Cierto es que convendría que todo lo que empieza bien el extremo, lo culmine bien y empiece a ser productivo y eficaz.
Hablando de rendimientos, centrocampistas, posiciones y sitios, es inevitable traer a debate la sorpresa del once inicial de Gabi Fernández en el día de ayer. Sorpresa que no se entiende porque no tiene sentido ni explicación en lo futbolístico, al menos en el fútbol que debería ser el juez, el césped.
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Francho Serrano ocupó el lateral derecho para sentar en el banquillo a Juan Sebastián, una de las mejores noticias del Real Zaragoza, en este arranque escaso de noticias positivas.
En los últimos días y en sus últimas comparecencias, Gabi Fernández venía gritando a los cuatro vientos, a veces sin venir a cuento, que no iba a regalar nada a nadie. Probablemente, cuando reiteras de forma continua que no vas a hacer algo, es la antesala y el aviso de que lo vas a hacer.
Ayer Gabi Fernández “regaló” la titularidad a Francho Serrano, porque el rendimiento del canterano y capitán, sus números y datos hasta el momento, así lo evidencian. Y el damnificado fue un Juan Sebastián que tardará en comprender qué ha hecho para ser relegado al banquillo. El Real Zaragoza tiene suficientes problemas en su fútbol para generarse más donde no los hay.
Otra buena noticia de este Real Zaragoza está en la portería. Adrián Rodríguez está mostrándose como un guardameta sobrio, sereno, seguro y sin errores, que mantiene la tranquilidad del equipo y de la grada. Convendría no equivocarse y no priorizar galones frente al rendimiento. Principalmente, porque los galones que más deben brillar son, precisamente, los del rendimiento en el campo.
De nada sirve preguntarle en sala de prensa al entrenador por este hecho porque, una vez más, nos cuenta un cuento.
Gabi Fernández definió como “gran partido” el realizado ayer por Francho desde el lateral derecho. Gabi, como gran jugador que ha sido, debería saber lo que es un gran partido y lo que no lo es. De hecho, lo sabe. Por eso, la respuesta de ayer es otro cuento que nos cuenta para que “La Bella Durmiente” en lo que se ha convertido el zaragocismo siga en un sueño y zozobra que impida que despertemos de una santa vez y veamos, de verdad, la realidad de los sucesos y no vendernos a los “cuentacuentos” que pretenden escribir la realidad a los zaragocistas, pintándola como les interesa.
El Real Zaragoza terminó el partido de ayer con una línea defensiva de 4 en la que 3 jugadores estaban fuera de posición. Volvemos a recordar y a reiterar que poner a los jugadores en su posición suele ser un primer paso para llegar donde todavía no hemos llegado. Ganar un partido.
Arriba, se intuía que a Gabi le pedía el cuerpo poner de inicio a Dani Gómez y Kenan Kodro. El “9” zaragocista volvió estar entre los destacados, no necesitando a nadie para generarse sus situaciones, aunque a esta hora todavía no sepamos si alguna de sus ocasiones las definió buscando a algún compañero que ni estaba ni llegó, o eran intentos de culminar en lo individual. Sea como fuere, malas definiciones de un buen Dani Gómez, una tarde más.
Su compañero de baile, Kenan Kodro, bajo la atenta y nerviosa mirada del padre que quiere lo mejor para su hijo, Meho, ayer en la grada del Ibercaja Estadio.
Kenan dejó cosas interesantes y buenos detalles…a la espera de que se conviertan en continuidad y eficacia.
El Real Zaragoza llegó al descanso con 0-0 cuando, probablemente, mereció irse a la caseta por delante en el marcador. En el fútbol, debes aprovechar los momentos en los que eres superior para ponerte por delante en el marcador.
Y lo que sucedió en la segunda parte es que el Real Zaragoza empeoró desde antes del pitido que diera arranque a los segundos 45 minutos. Se anunciaba por megafonía que Keidi Bare sustituía a Raúl Guti. Una “pequeña molestia” en la rodilla del canterano dejó al Real Zaragoza sin el “10”. La mejora vista en la primera parte desapareció. Keidi Bare empeoró, notablemente, al jugador que sustituyó. Lo vio la grada, lo sufrió Akoukou y lo evidenció el fútbol del equipo. Paul siguió siendo el mejor porque ya se sabe que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Pero el Real Zaragoza volvió a ser ese equipo plano, horizontal y previsible al que nos tiene mal acostumbrados durante demasiado tiempo.
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Llegaron más cambios y ninguno mejoró a su predecesor en el terreno de juego. Ni Soberón, ni Pau Sans, ni Valery, ni Juan Sebastián aportaron a un equipo que se veía abocado, con el paso de los minutos, a otro fiasco más.
Gabi Fernández volvió a incidir en que el equipo no tiene ansiedad. Probablemente, una muestra más de aquello de que cuanto más repites algo de forma continua es porque está sucediendo lo contrario a lo que transmites.
Gabi pide tiempo, un tiempo que se gana con victorias.
En cuanto al arbitraje y la actuación del VAR, cada uno tendrá su visión y su percepción. La mía es que es penalti, con el añadido de que el árbitro de campo, bien colocado, lo ve y lo señala y el VAR no debería haber entrado.
En el gol “no gol” primero hay que creerse la líneas y segundo asumir que Insúa toca el balón. Dos dudas y una certeza. La certeza es que el gol no subió al marcador.
Igual de cierto es que los únicos problemas del Real Zaragoza no son los arbitrajes ni los agentes externos ni los que aparecen en el libro de excusas y justificaciones del míster. Aunque bien es cierto que con 2 puntos más, de haberlos sumado ayer, las cosas se verían de otra forma. Principalmente, para aquellos que asumen como propia la realidad que otros les cuentan.
El Real Zaragoza y el propio Gabi Fernández se quedan sin tiempo y a su equipo empiezan a sobrarle problemas.
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Tras el pitido final, ayer, en el Ibercaja Estadio, los más de 15.000 zaragocistas se fueron a sus casas en silencio. Gabi Fernández pide tiempo y lo está teniendo porque ayer otro entrenador, probablemente, hubiese recibido sentencia.
Las próximas dos salidas del Real Zaragoza ante Ceuta y Mirandés, otros dos rivales “amables”, teóricamente, la dictarán, en un sentido o en otro.
Gabi necesita tiempo y los zaragocistas estamos cansados de esperar, atrapados en el tiempo como Bill Murray…en el tiempo de las derrotas o, como mínimo, del no saber a qué saben las victorias.
Suerte Real Zaragoza.
Rubenkels
rubenkels@gargantuatv.com


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