EL MENSAJE ES EL FÚTBOL

Muchas son las diferencias entre el fútbol actual y el fútbol que algunos tuvimos la suerte de conocer. Supongo que el paso de los años en mi persona, va instalando ciertos “clichés” y ciertas rigideces e intolerancias ante ciertas cosas.

En lo que se refiere al fútbol, aplica aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor…” porque, claramente, el fútbol que conocí entre los 80’ y los 90’ tenía cosas que hoy han desparecido.

La esencia del fútbol se está perdiendo y lejos de solucionarlo, se está acelerando su descomposición.

No obstante, me considero un tipo flexible así que creo que, en lugar de rigidez e intolerancia, es más adecuado utilizar términos como nostalgia y pureza.

Fútbol “moderno” lo llaman. Algo habremos hecho mal porque el fútbol debería ser sólo FÚTBOL. Un deporte que es rey por lo que hace sentir a quiénes lo practican y a quiénes lo ven. En definitiva, a quienes los disfrutan.

Uno de los aspectos que definen esa transición del fútbol de ayer al fútbol de hoy es el MENSAJE.
En un entorno hermético donde los actores principales de este deporte hablan poco para decir nada, parece muy importante, incluso cuestión de Estado, el mensaje en todos y cada uno de los estamentos de un club de fútbol. En nuestro caso, el Real Zaragoza.

El mensaje de los dirigentes. El mensaje de la Dirección Técnica y Dirección Deportiva. El mensaje de los jugadores.

El mensaje ha llegado a tener tanta relevancia que se valora más a los profesionales y protagonistas por lo que se dice que por lo que se hace.

“La pelota no se mancha” decía Maradona, recordando quién debe ser la protagonista en el fútbol. Hemos convertido el juego del balón y los goles en el circo de las cámaras y los micrófonos.

El Real Zaragoza finalizó una pretemporada en la que ha parecido que el “qué decimos”, el “cómo lo decimos” y el “quién lo dice” ha sido, incluso, más importante que la planificación de la propia pretemporada y el nivel de los rivales para preparar una temporada que va a ser altamente exigente y competitiva. Una vez más…y van 13 consecutivas.

La exigencia ha formado parte del mensaje de nuestro Director General, Fernando López, que unido a sus continuas referencias y alabanzas a la afición, ha estructurado un mensaje con un envoltorio tan bonito como innecesario.

La exigencia la tiene clara y muy interiorizada esa afición a la que tanto se menciona y a la que tan poco se considera en muchas ocasiones.El trazo de nuestra historia habla por sí sola, capítulo tras capítulo.

Nuestro entrenador, Gabi Fernández, escribió con letras de fuego, desde antes de finalizar la temporada anterior, el mensaje deportivo para la que arranca. El míster está bien alerta de que nadie lo olvide, ni se salga lo más mínimo de él, sea quien sea. “Lo que puedo prometer es que el Real Zaragoza va ser un equipo competitivo. Nada más”.

Existe la duda razonable de si se trata un ejercido de coherencia y realidad o un “poner la venda antes de la herida” para entonar el “yo ya lo avisé” si vienen curvas y hay que salvar el pellejo.

Siendo coherentes y echando la vista atrás, no es poco. El Real Zaragoza ha carecido de competitividad en muchas fases de las últimas temporadas.

Los jugadores se han alineado con el mensaje del míster, como soldados suyos que son. Trabajo, esfuerzo y sacrificio. Y que la afición se sienta orgullosa de su equipo. Hace tanto…que ya casi no nos acordamos de lo que es sentir orgullo por nuestro equipo.

Queremos a nuestro equipo. Y este es el motivo único y esencial por el que le perdonamos todo. Absolutamente todo. Haga lo que haga. De hecho, ya le hemos perdonado su última trastada, que fue gorda. Real Zaragoza, estás perdonado, pero no lo vuelvas a hacer. Suena a sermón de padres a hijos. Pero orgullo…esa palabra es demasiado grande. Ojalá.

Nos conformamos con un equipo honesto y comprometido. Pero también lo exigimos. Aplaudiremos y alentaremos a unos jugadores que se deben dejar todo lo que tienen en el campo aunque no les dé para ganar, como el alumno que estudia de forma incansable e incluso desmedida, pero sigue caminando entre el suspenso y el aprobado raspado.

No queremos jugadores que se disculpen tras una derrota. El perdón repetido no tiene valor y, además, crispa y enfada.

No queremos un entrenador que nos diga que el equipo está trabajando bien. Queremos que el entrenador entienda que la meritocracia del verde debe ser la base a aplicar y sobre la que crear y crecer.

No queremos unos dirigentes que nos hablen de identidad. Queremos escuchar menos y ver más…mucho más.

Mi madre siempre me decía…esfuerzo, trabajo y constancia, hijo. Aplícate el cuento Real Zaragoza.

Porque el mensaje es el FÚTBOL.

Rubenkels
rubenkels@gargantuatv.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.