
SUPERADOS. Ni puntos, ni sensaciones, …ni tampoco excusas.
No hay más ciego que quién no quiere ver. Si hacemos como que no vemos los problemas que tenemos delante no desaparecerán, seguirán ahí. No hablemos de sensaciones, ni nos centremos en los secundarios de cualquier acto. Serán excusas y los problemas Ya existen y precisamente no son pequeños en estas 8 jornadas ya desperdiciadas.
6 puntos de 24 es un bagaje paupérrimo como para que los demás siempre tengan la culpa…El Real Zaragoza de Gabi Fernández, hecho a imagen y semejanza, es el peor equipo de la Liga Hypermotion. En puntos, igualados en esa última plaza únicamente con la Real Sociedad B, anecdótico, pero también a la vez muy ilustrativo, y es que la única victoria del filial guipuzcoano fue contra el Real Zaragoza de Gabi en esa primera jornada ya hace casi 2 meses…No ganamos ni a unos ni a otros, ni a los de arriba, ni a los de abajo. De ahí, que decir que hoy por hoy somos el peor equipo de la categoría no es ni pesimista ni oportunista, es la realidad, el problema al que hay que mirar de frente y a los ojos, porque sin trabajo, ni soluciones, los problemas no se irán y se perpetuarán.
La clasificación no es anecdótica, no lo es…es la realidad de hoy, sin edulcorantes, ni tergiversaciones, ni discursos interesados. La realidad nunca será opinión, es un dato.
El resto de los relatos, si son opiniones, y casi siempre, por no decir siempre, muy interesados. ¿Nos cuentan la verdad o su verdad? No me respondan, es evidente lo que pasa en este club cuando a alguien se le da un micro.
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Y es que 2 meses después, las excusas que se puedan poner me parecerán una gilipollez. Sí, una gilipollez. Esto sí es una opinión, la mía, pero contrastada con los datos más negros de nuestra historia. Es la realidad. Hoy, somos los peores. Sólo deseo que no lo seamos al final, pero queda mucho…sobre todo mucho sufrimiento si no se quiere ver…si no se quiere reaccionar.
Y dicho esto y que no sirva de excusa, otro árbitro ha venido a quitarnos cosas que pasan en el campo, como el hecho de haber podido jugar con uno más por una expulsión que ha visto todo el mundo del número 2 cordobés, Ignasi Villarrasa, al que el colegiado Rafael Sánchez le perdonó la segunda amarilla más que obligada en el min 54, tan justa como necesaria, al cortar un avance blanquillo por flanco derecho de manera voluntaria. Fue tan evidente y grosero el error arbitral en contra de los intereses zaragocistas que el entrenador cordobés, Iván Ania, decidió cambiar a su jugador nada más detenerse el juego, a la siguiente acción en el min 55, y evitar el posible arrepentimiento del trencilla de su error en otra posible acción conflictiva del número 2 cordobés que pudiera darse. Tranquillo Iván, no habría habido tal, pero bien hecho por tu parte, evitas tentaciones y mantienes tu equipo con 11, cuando debería haber estado con 10… Pero en esa acción el partido aún iba 0-0 y el Córdoba debería haber jugado con uno menos 40 minutos descuento incluido. De ahí a concluir que si se le hubiera expulsado como había merecido, el partido y su devenir habría sido distinto, no es más que una opinión interesada ante lo que realmente ha acabado ocurriendo, que como ya todo el mundo sabe, fue al final una nueva derrota blanquilla. La victoria del Zaragoza si el árbitro hubiese expulsado al jugador del Córdoba forma parte de ese fútbol ficción que, a más de uno, incluido Gabi Fernández, le puede interesar ver. A mí, no.
¿Qué ocurrió en el terreno de juego? No hubo cambios respecto de la victoria en Vitoria, salvo el obligado de Dani Tasende por Pomares por las molestias de éste. Nuevamente Gabi, el más listo de la clase en las ruedas de prensa locales, demostró lo zorro que es en los pre-partidos para no dar pistas a los medios que cubren la actualidad zaragocista…Venga, va…Menos jugar a ser zorro en las salas de prensa y más colmillo en el campo.
Que el Zaragoza salió a mandar de inicio, fue real, pero como si de un espejismo se tratara, porque a medida que fue avanzando el partido y sobre todo en la segunda parte, el Córdoba, siempre ordenado y aún más con el marcador a favor, acabó siendo mejor que el equipo de Gabi…
Al final hemos de creer que el Zaragoza manda porque el rival se lo permite, y que si el Zaragoza cuando manda, no se adelanta, es muy probable que al final el Zaragoza acabe perdiendo, porque los partidos se suceden con un Zaragoza de un único plan, que si sale bien podemos tener alguna oportunidad de victoria y si no, hemos de cruzar los dedos para que no perdamos. Llevamos 8 partidos y con este devenir, sólo hemos ganado un partido. Insuficiente claro.
El Real Zaragoza de Gabi en la primera mitad tuvo 3 ocasiones claras, todas ellas en las botas de Marcos Cuenca, que no acertó a marcar ninguna…y debería, porque luego en la segunda mitad el equipo se cayó y ya no supo ni cambiar para rehacerse, ni levantarse. Esto cae íntegramente en el debe del inquilino del banquillo, más alineador que entrenador. Nuevamente, como otros años, equipo frágil sin capacidad de reacción, ¿por qué? Porque tampoco tenemos esa dirección necesaria en el banquillo.
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Y sí, el Zaragoza pareció superior en la primera parte, pero fue muy inferior en la segunda, y el rival se aprovechó y sin tirar a puerta se llevó los 3 puntos del Ibercaja Estadio. ¿Por qué? Porque el Zaragoza es un equipo reactivo en lugar de proactivo, y no es propositivo, porque su mejor opción es la jugada random que pueda acabar en gol por inspiración de alguien. No hay mecanismos de ataque. En definitiva, al Zaragoza no le acompaña la suerte para algunos…sí, será eso, pero tampoco buscamos la suerte ni bien ni con mucha frecuencia para muchos otros, por lo tanto si dejamos los partidos tan abiertos como para que el rival pueda llegar a imponer su plan y su juego en algún momento y ante este Zaragoza poco mandón y muy permisivo, sólo nos queda un acto de fe para creer en el acierto de cara a gol en alguna de las acciones que podamos crear cuando el rival nos concede y nos deja llegar. Si no acertamos una, sufrimiento garantizado en estos partidos de 1-0, 0-0, 0-1, 1-1, que se están planteando…partidos pobres y muchas veces, partidos de equipo perdedor.
Que el Zaragoza se crea que sus problemas son sólo de definición, son verdades de poco recorrido, de tan poco recorrido que se percibe que hasta los jugadores ya no se las creen…El discurso de Gabi pierde calado en el vestuario y se ve en acciones y hechos.
¿Qué aportó Gabi a su equipo? Gabi se dedicó a hacer el cambio de hombre por hombre con empate a cero en el marcador y a acumular delanteros sin orden ni concierto, una vez que el Córdoba se adelantó en el min. 68 a través de un autogol zaragocista, que Francho en primer palo peina hacia atrás fruto de su inferioridad física y que Saidu en la línea de gol, no pudo sacar. La lectura desde el banquillo, hoy un aporte de entrenador claramente insuficiente. No es la primera vez.
El autogol…¿Infortunio? Otra verdad de recorrido corto. La inferioridad del jugador que Gabi decide poner como lateral derecho en esas acciones a balón parado es manifiesta. Se debería explicar porque decidimos dar ventaja al rival en ese tipo de acciones. Los rivales lo saben. Los rivales lo buscan. Francho sufre, ¿Por qué? Porque no es lateral derecho. Gabi es el responsable de ese despropósito, uno más. Otro flaco favor del alineador.
¿Y los cambios? Todos los cambios, sin resultado. Tal vez Valery y quizás por de dónde venía, mientras estuvo de extremo izquierdo gustó más. Luego, Gabi lo desordenó y lo mandó al lateral izquierdo…flaco favor al jugador por recuperar, pero hoy, al menos, estuvo presente. Quiero confiar.
¿Los demás? Ni Kodro, ni Bazdar, ni Soberón, ni Pau Sans,…sólo le faltó sacar también a Bakis en ese orgasmo ofensivo…qué despropósito…nada de nada. Acumular por acumular nunca ha sido solución. Esta vez tampoco.
En definitiva, un Córdoba con orden, sin concesiones y un pequeño empujón arbitral, nos gana en el Ibercaja Estadio. ¿Cuántas veces hemos vivido esto? ¿Qué hemos hecho los zaragocistas para Mercer este padecer?
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Gabi vuelve a estar en esa cuerda floja en la que él quiere estar porque no da herramientas a sus chicos para controlar un partido de principio a fin, no se las da o no las hace propias de los jugadores. Empieza a oler a desconfianza en ese vestuario…Si eso es así, visto para sentencia.
El Zaragoza fue aparentemente superior en la primera mitad e inferior para convertirse en un puñado de nervios desquiciados y dar la sensación de equipo roto y desnortado por el marcador, a la vez que resquebrajado por su entrenador, en la segunda mitad. El Córdoba se marcha feliz al Nuevo Arcángel porque saca partido del desquicie zaragozano y una vez más, Gabi como capitán del barco contribuyó a que el equipo fuera tan frágil como inoperante. Mal capitán con una tripulación a la que ya le cuesta creer.
Un Zaragoza de puro espejismo perdió su efecto una vez que el árbitro decidió quitar lo que una vez más era de justicia, en este caso, jugar cerca de 40mins con superioridad, para caerse definitivamente a la lona con el autogol del min68 y acabar más cerca del manicomio que de ser un equipo de fútbol que sepa rehacerse ante los inconvenientes. Otros ganan en el min94 y nosotros dejamos que muera el partido en el min70…la diferencia entre equipos trabajados y bandas que dependen del virtuosismo de sus intérpretes. Envidia.
Nada que rescatar, nada que salvar…El Real Zaragoza está cavando su propia tumba sin capacidad de análisis, ni de reacción, sin una mínima autocrítica constructiva y sin liderazgo en el banquillo para evitar salir cojos de inicio al campo en posiciones donde lo único que debe hacer el entrenador es poner a los que son jugadores de ese puesto, pero los galones malentendidos y la subordinación deportiva al marketing del club hace que ahora mismo, en el banquillo, tangamos una figura más espectral que un proyecto de entrenador de futuro, porque el presente es insuficiente y deficiente. Gabi, reacciona. Txema Indias, reacciona. Real Zaragoza, reacciona.
El barco se hunde no porque nadie salte, porque está mal dirigido y parece que no somos capaces de arrancarlo y ponerlo en buen rumbo. Menos discurso, menos excusas y menos gilipolleces. Perfil bajo. Trabajar y encontrar soluciones. Si no se es capaz, se echen a un lado o los que manden, aparten al que corresponda.
El Zaragoza se hunde. Hemos tocado fondo. 2 meses de incapacidad e inoperancia. Gracias por nada.


GOLES
TARJETAS
VAR: Óliver De La Fuente
Tachi (2’), Rubén Alves (10’), Ignasi Vilarrasa (11’), Dani Gómez (24’), Paul Akoukou (29’), Marcelo Timorán (59’), Sergi Guardiola (82’), Esteban Andrada (88’), Dani Requena (91’), Raúl Guti (94’).
Paul Akoukou (88’) – 2ª amarilla
ESTADIO